miércoles, 20 de junio de 2012

Mousaka vegetariana de seitán













Los ingredientes
1 cebolla
1 seitán triturado en la picadora
3 berenjenas
Aceite de oliva
2 tomates grandes maduros
Sal y pimienta al gusto
1 chorrito de vino blanco
Un poco de queso rallado
Bechamel
Perejil y orégano.

La preparación
Empezamos con las berenjenas, la parte más importante, que actúan como la placa de pasta para hacer lasaña. Las cortamos en rodajas de unos 6-8 mm de grosor (si las cortáis demasiado finas al final se acaban rompiendo, además luego pierden grosor cuando las freímos). Dejamos reposar las berenjenas como media hora en agua con sal para que suelten el amargor.
Las escurrimos muy bien ayudados por papel absorbente. En una sartén echamos  aceite de oliva y cuando empiece a calentarse añadimos las berenjenas. Freímos hasta que queden doradas. Pasamos a un plato con papel absorbente para quitarle el aceite sobrante. Es importante que cuando las friamos no haya demasiado aceite en la sartén porque entonces quedaran muy duras y no nos interesa. Apartamos hasta el montaje final.
En otra cazuela echamos aceite (3 cucharadas llegan) y introducimos las cebollas y el ajo troceados, lo pochamos todo muy bien y echamos el hesitan triturado. Añadimos un poco de orégano, perejil picado, sal y pimienta. Sofreímos durante 5 minutos a fuego suave, sin dejar de remover. Añadimos el tomate triturado y un chorrito de vino blanco, dejamos que se reduzca todo hasta que nos quede una salsa compacta. Aproximadamente unos 15 minutos.
Mientras preparamos la bechamel ver receta para la bechamel) vamos precalentando el horno a unos 180º para que esté caliente cuando metamos la fuente refractaria.
Para montar la mousaka la cosa es muy sencilla, engrasamos el fondo de la fuente con un poco del aceite, ponemos una capa de rodajas de berenjena. Encima una capa de la mezcla del guiso de seitán, la siguiente de bechamel y repetimos hasta tener 2 pisos. Finalmente rematamos con bechamel (bastante). Y la última capa de queso rallado para gratinar.
Introducimos al horno 25 minutos a 180º y 5 minutos con el gratinador puesto para que se dore. Adornamos con un poco de orégano y un trocito de queso feta. 

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