domingo, 3 de marzo de 2013

El calcio y los huesos

La dieta moderna es muy acidificante

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda una ingestión diaria de calcio de 400 mg., sin embargo en la dieta de los países industrializados la cifra se eleva a 800/1200 mg. por día. A pesar de ello cada vez hay más degeneración en los huesos de la población moderna. ¿Qué está pasando?

La dieta moderna, basada en gran consumo de carne, azúcar, refrescos, frutas, lácteos, cereales refinados, verduras y grasas animales y vegetales en exceso, conservantes y otros productos químicos, enriquecedores alimenticios artificiales, y otros… es altamente acidificante, produce una condición de sangre muy ácida.
Como la sangre ha de estar siempre un poco salada ( Un PH ligeramente alcalino) el cuerpo “roba” desesperadamente calcio y otros minerales de los huesos y de los tejidos para equilibrar su alcalinidad..

En nuestro cuerpo, el exceso de proteínas no asimiladas, se convierte en ácidos. Esos ácidos atraen calcio para neutralizarse y se van por el inodoro, con lo que se aprovecha poco de lo que se come y sin embargo hay mucho trabajo para nuestros riñones e intestinos. Si además acompañamos el exceso de proteínas de la leche, con azúcar, café, grasas y harinas refinadas sin fibra, - los desayunos habituales modernos – se produce estreñimiento y esa bomba ácida se pudre en nuestro intestino produciendo amoníaco muy tóxico. Algo similar pasa con el exceso de cualquier proteína.

 
Resumiendo, tomando leche no se soluciona el problema del calcio ni de
la osteoporosis, ni de ningún problema de huesos sino que al contrario el consumo de leche contribuye a que esa degeneración aumente.

Podemos comparar con diversos pueblos que no consumen leche, o no tanta al menos, como los chinos, los japoneses, los indígenas y gente rural de México y el resto de Sudamérica,(que no se han dejado llevar) etc. Estos tienen una dentadura y unos huesos en muy buen estado hasta avanzada edad.

Se han identificado unas 25 proteínas; no asimilables para nosotros, en la leche de vaca. Estas producen reacciones antigénicas (también llamada sobrecarga inmunológica). Entre estas están la lacto albúmina y la caseína, de la cual el 40% es no digerible.
Esto contribuye a reacciones de
alergia, tan frecuente hoy día y sin saber de donde viene. Además fomenta el capo ácido para que se desarrolle con facilidad la amigdalitis, el cáncer linfático y el SIDA. Además, en la leche comercial se encuentran a menudo antibióticos, esteroides y otras substancias que agobian nuestro sistema inmunológico

El cuerpo asimila el calcio cuando lo ingiere en una proporción aproximada de 2 de calcio por 1 de fósforo. Los lácteos tienden a tener mucho fósforo (a menudo la proporción de 1,2 a 1), con lo cual el exceso de fósforo neutraliza el calcio de la leche y todavía falta. También tienen excesivo fósforo, las patatas fritas, la fruta en conserva, los refrescos gaseosos y las carnes enlatadas e industrializadas. Estos descalcifican mucho más que la leche.
Todo esto sigue dando como resultado un exceso de tóxicos a eliminar que sobrecargan nuestros riñones e intestinos. Estos excesos continuos se van acumulando cerca de
las zonas de salida, esperando a que haya menos trabajo…. Que dejemos de comer tanto exceso. Como son ácidos, atraen el calcio de las zonas bajas y por un lado se forman quistes y tumores y por el otro se descalcifican todos los huesos de la cadera y la parte baja de la columna. Como resultado, además de cáncer, osteoporosis y otros síntomas que apuntábamos antes, tendremos que añadir el reuma, las lumbalgias y las hernias discales. Estas últimas y los pinzamientos del nervio ciático se deben a una falta de consistencia del tejido cartilaginoso que hay entre las vértebras, unido al sobrepeso por no eliminar los excesos de proteínas, grasas y agua acumulados en el cuerpo.

La naturaleza nos sigue avisando que paremos en la dirección que vamos y que reflexionemos a fondo. Nos deja baldados y aterrorizados con un buen pinzamiento del nervio. Con el dolor se puede aprender, pero es mejor cambiar de táctica.


Practicando las siguientes recomendaciones, no solo mejoraremos gradualmente de los problemas óseos sino que además se nos irán solucionando gradualmente la totalidad de los problemas físicos y mentales.

Evitar toda la comida acidificante en exceso.


Hacer ejercicio físico con regularidad y sin llegar a extenuarse… cuando se está un poco cansado se para y después de descansar se sigue. Poco a poco se va volviendo más fácil.
No es fácil cambiar a unos hábitos sanos y simples. Parece ir contra la inercia del poder de las costumbres y modas que domina nuestro mundo del momento.
Si tenemos mucha adicción a la leche y nos puede suponer un choque demasiado fuerte dejar de consumirla, podemos sustituirla por leches y quesos de origen vegetal, como la leche de avena, de arroz, de almendras ( Sin azúcar), el Tofu, el Tahín, el Miso, las melazas de arroz, trigo, maíz o cebada… Se pueden preparar varias combinaciones dulces o saladas con estos.

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