miércoles, 20 de junio de 2012

El polen
















El polen es un polvillo producido por los órganos masculinos de las plantas, encargado de fecundar sus órganos femeninos.
Las abejas recogen el polen de las flores con sus patas y lo humedecen con néctar dándole forma de pequeñas bolas que transportan a la colmena para alimentar a las abejas obreras. Mediante estos viajes de flor en flor contribuyen, desinteresadamente, a la polinización de muchas especies. El hombre lo obtiene situando unos cajoncillos con rejillas en la entrada de la colmena.
Es difícil encontrar un alimento que iguale al polen por su variedad de aminoácidos, pero además el polen contiene diez tipos distintos de vitaminas y cinco minerales imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo humano. 
 El polen contiene, de forma muy completa, todos los elementos indispensables para la vida, elementos que no podrían conseguirse de forma artificial ni con los métodos más sofisticados. Su riqueza hace de este producto natural un estupendo complemento alimenticio, con gran participación en el mantenimiento de nuestra salud.
 El  polen tiene tanto fósforo como la carne de ternera o algunas verduras, y más que la leche entera; tienen más magnesio que las carnes, los pescados y la mayor parte de las verduras (aunque queda lejos del salvado de trigo o las almendras, especialmente ricos en este mineral); algunos pólenes tienen tanto hierro como las espinacas, la carne o la yema de huevo y más que el pescado; y tanto zinc como las avellanas, el queso Emmental o la harina de soja (considerados ricos en este elemento).
Si nos fijamos ahora en algunos ejemplos entre las vitaminas, el polen tiene tanta o más vitamina B1 (tiamina) como el extracto de levadura o el germen de trigo; tiene más vitamina B2 (riboflavina) que los huevos y la leche, y algunos tipos de polen tienen más contenido que la levadura de cerveza (muy rica en esta vitamina) o la carne de ternera; su contenido en vitamina C es similar a las espinacas, el tomate o los plátanos; y en algunos tipos el contenido en vitamina E (hay más variación en este valor) es similar al del germen de trigo, los cacahuetes o el aceite de oliva.
Poe lo tanto posemos considerarlo como un buen complemento de la dieta especialmente indicado en momentos de fatiga y desnutrición, y es también muy adecuado en dietas vegetarianas. Además, de entre otros muchos beneficios en nuestro organismo descritos por el aporte de polen, queremos destacar su elevado poder antioxidante (muchos de los elementos de su composición, como los ácidos grasos, las vitaminas C y E, beta-carotenos, selenio, ácidos nucleicos, etc., representan un papel muy importante en este aspecto) y su consumo en algunos países del norte de Europa como preventivo de problemas relacionados con la próstata.

• Ayuda a recuperarse en casos de anemia o debilidad.
• Aumenta la resistencia ante las enfermedades.
• Es un buen regulador intestinal
• Se recomienda en embarazo y lactancia por su gran poder remineralizante.
• Aconsejable frente a la apatía sexual y problemas de próstata por su gran riqueza en Zinc.
• Ayuda a recuperar el apetito en personas convalecientes.
• Regula el peso corporal tanto en obesidad como para la delgadez.
• Alimento ideal para deportistas ya que aumenta la resistencia ante el esfuerzo físico.
• Refuerza la memoria.
• Muy útil para los diabéticos ya que ayuda a regular los niveles de glucosa.
• Gracias a su contenido en Riboflavina, vitamina A y Zinc ayuda a mejorar la visión.

La obesidad y la gordura no son una contraindicación; puesto que si el polen hace engordar a las personas delgadas o desnutridas, no hace aumentar el peso de las personas que no lo necesitan del todo y por el contrario al favorecer numerosos metabolismos, tiene una acción que favorece las curas de adelgazamiento y el tratamiento de la celulitis donde se ha constatado que los resultados esperados se obtenían más rápidamente y en mejores condiciones entre personas que tomaban polen regularmente.

Se ha confirmado plenamente que el polen contiene sustancias específicas que estimulan el crecimiento. Numerosos experimentos con niños de varias edades han confirmado en la práctica este conocimiento teórico. Es de notar el efecto del polen cuando se trata de niños cuyo desarrollo fue interrumpido por algún motivo. Se observa en cada caso un aumento de apetito, acompañado de notable subida de peso, desapareciendo a la vez de la cara de los niños tratados con polen, la palidez acostumbrada. En resumen se puede decir que el polen juega un papel muy importante en el desarrollo de la vida de los niños debido a sus componentes, al estímulo del metabolismo, así como a la eliminación de sustancias nocivas y a su riqueza en proteínas, vitaminas y minerales
El sabor del polen no suele gustar  a todo el mundo. Pero para ello existen muchas alternativas de disfrutarlo.

Hay quien mastica tranquilamente el polen hasta deshacerlo por completo en la boca; hay quien se ayuda a tragarlo con un sorbo de agua. Pero si ninguna de estas formas vuelven sencilla la tarea de tomarse una cucharada de polen, se puede disolver en jugo de naranja o en leche y añadirle un poco de miel; es una excelente manera de conseguirlo (así lo suelo tomar).

Y quien prefiera masticarlo puede hacerlo mezclando el polen con yogur, miel o mermelada.
También están los productos ya preparados a base de polen, otra forma cómoda y efectiva de tomar polen con frecuencia.
Cuando comiences a tomar el polen debes hacerlo en pequeñas cantidades hasta asegurar su tolerancia en personas que puedan tener alergia a productos derivados de la abeja y/o sufren asma.
Aislarlo de la humedad. Conservar en sitio seco y bien tapado, no meter en frigorífico.

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