El polen es un polvillo producido por
los órganos masculinos de las plantas, encargado de fecundar sus órganos
femeninos.
Las abejas recogen el polen de las
flores con sus patas y lo humedecen con néctar dándole forma de pequeñas bolas
que transportan a la colmena para alimentar a las abejas obreras. Mediante
estos viajes de flor en flor contribuyen, desinteresadamente, a la polinización
de muchas especies. El hombre lo obtiene situando unos cajoncillos con rejillas
en la entrada de la colmena.
Es difícil encontrar un alimento que iguale al polen por su
variedad de aminoácidos, pero además el polen contiene diez tipos distintos de
vitaminas y cinco minerales imprescindibles para el correcto funcionamiento del
organismo humano.
El polen contiene, de forma muy completa, todos los elementos
indispensables para la vida, elementos que no podrían conseguirse de forma
artificial ni con los métodos más sofisticados. Su riqueza hace de este
producto natural un estupendo complemento alimenticio, con gran participación
en el mantenimiento de nuestra salud.
El polen tiene
tanto fósforo como la carne de ternera o algunas verduras, y más que la leche
entera; tienen más magnesio que las carnes, los pescados y la mayor parte de
las verduras (aunque queda lejos del salvado de trigo o las almendras,
especialmente ricos en este mineral); algunos pólenes tienen tanto hierro como
las espinacas, la carne o la yema de huevo y más que el pescado; y tanto zinc
como las avellanas, el queso Emmental o la harina de soja (considerados ricos
en este elemento).
Si nos fijamos ahora en algunos
ejemplos entre las vitaminas, el polen tiene tanta o más vitamina B1 (tiamina)
como el extracto de levadura o el germen de trigo; tiene más vitamina B2
(riboflavina) que los huevos y la leche, y algunos tipos de polen tienen más
contenido que la levadura de cerveza (muy rica en esta vitamina) o la carne de
ternera; su contenido en vitamina C es similar a las espinacas, el tomate o los
plátanos; y en algunos tipos el contenido en vitamina E (hay más variación en
este valor) es similar al del germen de trigo, los cacahuetes o el aceite de
oliva.
Poe lo tanto posemos considerarlo como
un buen complemento de la dieta especialmente indicado en momentos de fatiga y
desnutrición, y es también muy adecuado en dietas vegetarianas. Además, de
entre otros muchos beneficios en nuestro organismo descritos por el aporte de
polen, queremos destacar su elevado poder antioxidante (muchos de los elementos
de su composición, como los ácidos grasos, las vitaminas C y E, beta-carotenos,
selenio, ácidos nucleicos, etc., representan un papel muy importante en este
aspecto) y su consumo en algunos países del norte de Europa como preventivo de
problemas relacionados con la próstata.
• Ayuda a recuperarse en casos de
anemia o debilidad.
• Aumenta la resistencia ante las enfermedades.
• Es un buen regulador intestinal
• Se recomienda en embarazo y lactancia por su gran poder remineralizante.
• Aconsejable frente a la apatía sexual y problemas de próstata por su gran riqueza en Zinc.
• Ayuda a recuperar el apetito en personas convalecientes.
• Regula el peso corporal tanto en obesidad como para la delgadez.
• Alimento ideal para deportistas ya que aumenta la resistencia ante el esfuerzo físico.
• Refuerza la memoria.
• Muy útil para los diabéticos ya que ayuda a regular los niveles de glucosa.
• Gracias a su contenido en Riboflavina, vitamina A y Zinc ayuda a mejorar la visión.
• Aumenta la resistencia ante las enfermedades.
• Es un buen regulador intestinal
• Se recomienda en embarazo y lactancia por su gran poder remineralizante.
• Aconsejable frente a la apatía sexual y problemas de próstata por su gran riqueza en Zinc.
• Ayuda a recuperar el apetito en personas convalecientes.
• Regula el peso corporal tanto en obesidad como para la delgadez.
• Alimento ideal para deportistas ya que aumenta la resistencia ante el esfuerzo físico.
• Refuerza la memoria.
• Muy útil para los diabéticos ya que ayuda a regular los niveles de glucosa.
• Gracias a su contenido en Riboflavina, vitamina A y Zinc ayuda a mejorar la visión.
La
obesidad y la gordura no son una contraindicación; puesto que si el polen hace
engordar a las personas delgadas o desnutridas, no hace aumentar el peso de las
personas que no lo necesitan del todo y por el contrario al favorecer numerosos
metabolismos, tiene una acción que favorece las curas de adelgazamiento y el
tratamiento de la celulitis donde se ha constatado que los resultados esperados
se obtenían más rápidamente y en mejores condiciones entre personas que tomaban
polen regularmente.
Se
ha confirmado plenamente que el polen contiene sustancias específicas que
estimulan el crecimiento. Numerosos experimentos con niños de varias edades han
confirmado en la práctica este conocimiento teórico. Es de notar el efecto del
polen cuando se trata de niños cuyo desarrollo fue interrumpido por algún
motivo. Se observa en cada caso un aumento de apetito, acompañado de notable
subida de peso, desapareciendo a la vez de la cara de los niños tratados con
polen, la palidez acostumbrada. En resumen se puede decir que el polen juega un
papel muy importante en el desarrollo de la vida de los niños debido a sus
componentes, al estímulo del metabolismo, así como a la eliminación de
sustancias nocivas y a su riqueza en proteínas, vitaminas y minerales
El sabor del polen no suele gustar a todo el mundo. Pero para ello existen
muchas alternativas de disfrutarlo.
Hay quien mastica tranquilamente el polen hasta deshacerlo por completo en la boca; hay quien se ayuda a tragarlo con un sorbo de agua. Pero si ninguna de estas formas vuelven sencilla la tarea de tomarse una cucharada de polen, se puede disolver en jugo de naranja o en leche y añadirle un poco de miel; es una excelente manera de conseguirlo (así lo suelo tomar).
Y quien prefiera masticarlo puede hacerlo mezclando el polen con yogur, miel o mermelada.
También están los productos ya preparados a base de polen, otra forma cómoda y efectiva de tomar polen con frecuencia.
Hay quien mastica tranquilamente el polen hasta deshacerlo por completo en la boca; hay quien se ayuda a tragarlo con un sorbo de agua. Pero si ninguna de estas formas vuelven sencilla la tarea de tomarse una cucharada de polen, se puede disolver en jugo de naranja o en leche y añadirle un poco de miel; es una excelente manera de conseguirlo (así lo suelo tomar).
Y quien prefiera masticarlo puede hacerlo mezclando el polen con yogur, miel o mermelada.
También están los productos ya preparados a base de polen, otra forma cómoda y efectiva de tomar polen con frecuencia.
Cuando comiences a tomar el polen debes
hacerlo en pequeñas cantidades hasta asegurar su tolerancia en personas que
puedan tener alergia a productos derivados de la abeja y/o sufren asma.
Aislarlo de la humedad. Conservar en sitio seco
y bien tapado, no meter en frigorífico.
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